Por Jesus Lopez
La polémica arbitral es algo tan común en la Liga MX que incluso estuvo presente en la goleada 4-1 de los Pumas. César Ramos permaneció en el ojo del huracán debido a sus partidos recientes y tampoco estuvo exento de marcaciones desastrosas en el partido disputado en el Estadio Olímpico Universitario.
El silbante tuvo por lo menos tres decisiones cuestionables en el encuentro, en dos de ellas el VAR acudió a su rescate. Todo empezó cuando Pablo Bennevendo le metió un planchazo a un jugador albiazul, se consideró que podría tener elementos para que el canterano pudiera ser expulsado, al final tomó la decisión correcta de sólo amonestarlo.
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Esa fue su jugada más fácil, en el segundo tiempo la complejidad subió cuando Juan Ignacio Dinenno puso el 2-1 parcial que anuló por un inexistente fuera de lugar. Nuevamente el VAR acudió a su rescate y decretó que el delantero auriazul estaba en buena posición. Sin videoarbitraje el juego hubiera sido una pesadilla.
Finalmente, Dani Alves recibió un fuerte codazo en la cara que incluso le sacó sangre y lo dejó un par de minutos en el suelo. A pesar de que las tomas mostraron que el ‘Mono’ Osuna lo agredió de manera clara, lo dejó en la cancha. Gallos Blancos debió de terminar el partido con 10 jugadores.
Un árbitro de Primera División gana alrededor de 40 mil pesos por cada partido silbado, así que César Arturo Ramos se llevó esa cantidad de dinero tras pitar un encuentro en el que estuvo cerca de robarle a los Pumas. Les pudo costar una roja y un gol anulado, además de perdonarle a un futbolista de Gallos una clara agresión.
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