Por Jesus Lopez
La era de Andrés Lillini pinta para tener un triste final después de dos años en los que sus pupilos se caracterizaron por meterle garra a los partidos importantes. Con plantillas discretas se llegó a finales de liga y Concachampions, ahora con un equipo de campeonato ni siquiera se logró estar entre los 12 mejores.
En Pumas hubo un parteaguas en los últimos tres meses, el director técnico perdió el vestidor y luego ya no fue capaz de volver a rescatarlo. En el inicio del Apertura 2022 parecía que iban a responder a las expectativas, arrancaron invictos hasta la Jornada 6, luego vino la debacle.
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El 7 de agosto marcó un antes y un después en Universidad Nacional, el club viajó a España con la esperanza de llevarse el Trofeo Joan Gamper, lo que era un amistoso se convirtió en una auténtica pesadilla. El Barcelona los goleó 6-0, después de eso los felinos se desplomaron también en la liga.
Después de esa exhibida los del Pedregal sólo volvieron a ganar un partido contra el Querétaro. Juan Ignacio Dinenno reconoció que perder dejó una cicatriz en la institución, la afición también lo ve como un momento clave. Un mes y medio después de la visita a Cataluña, los Pumas nunca se pudieron recuperar de ese duelo.
Una de las grandes cualidades que debe de tener un director técnico es la de recuperar a sus jugadores después de derrotas dolorosas. Andrés Lillini nunca pudo, tras ese descalabro jamás pudo levantar su vestidor en lo mental y ahora tiene contadas las horas como entrenador, un amistoso marcó su era.
31/03/2025
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