Por Jesus Lopez
Cuando regresó Miguel Mejía Barón de su aventura por la sultana del norte se creyó que venían buenos tiempos para Pumas, debido a su pasado en Tigres y caracterizarse por tener la mano dura con los jugadores que no entiendan lo que significa ser jugador del Club Universidad, pero parece que ya lo ha ha olvidado su forma de ser más estricto en su modo de trabajo.
Recién llegó a su oficina y casi provoca una guerra entre Panamá y México porque dio de baja por bajo rendimiento a una de las máximas figuras del fútbol canalero, Gabriel Torres, quien en su paso por Pumas simplemente dio pena, y sin más tuvo que irse del Pedregal, e incluso al poco tiempo le aplicó la misma a Christian Battocchio quien se fue a quejar con Messi en una carta pública que el 10 de Argentina ignoró.
Es por ello que la afición ahora pide que salga de su oficina a cortar algunas cabezas, principalmente la de Gustavo del Prete, uno de los más señalados pues en un año no ha mostrado nada de lo que hizo en Estudiantes de la Plata, jugador que si bien, Andrés Lillini lo pidió, fue el Dr. el que aprobó el fichaje y que ahora darlo de baja no será prácticamente gratis como con los dos anteriores despedidos del club.
Gustavo puede estar tranquilo, tiene la garantía de que se va a hacer rico en Pumas, tiene contrato hasta el 2025 y a falta de ofertas para que el jugador se vaya, si en el Pedregal quieren dar por terminada su relación con el Tuti, habría que pagarle 3 meses su sueldo conforme a la ley mexicana de trabajo, y si el jugador gana 17 millones anuales en Pumas según Salary Sport, a Del Prete habría que pagarle 4.2 millones de pesos aproximadamente, cifra que parece nada comparada a los 77 que se ha gastó en su fichaje, dinero tirado a la basura que en CU van a querer recupera a toda costa.
02/09/2024
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02/09/2024
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