Por Jesus Lopez
Por años hemos tenido que ver como la directiva de Pumas ha gastado mucho dinero en traer a refuerzos que no han dado el ancho, ninguna línea se salva y aunque parecía que esta temporada de fichajes no veríamos gran cosa por lo tardado que se dieron los fichajes, para Rodrigo Celorio hay un acierto clave en este proyecto de Antonio Mohamed.
Hay una regla no escrita que para aspirar a cosas importantes los equipos se tienen que reforzar de abajo hacia arriba, y Mohamed suele apegarse a ese libro, por ello al llegar lo primero que hizo fue pedir a Nathan Silva, petición que no era cualquier cosa, pues Pumas no había pagado nunca tanto por un defensor, arriba de 74 millones de pesos, que parece que valen cada centavo.
Pero Mohamed no se quedó conforme y además de Silva mandó a traer a Lisandro Magallán, directamente de La Liga y aunque llegó y tardó en jugar, pero lo ha hecho muy bien, demostrando que esos 31 millones de pesos fueron muy bien invertidos pues además defender muy bien, se le ha visto haciendo grupo y eso no cualquier jugador lo tiene.
A Pumas le cambiaron la cara en unos meses y han hecho que la afición olvide rápidamente a la zaga Freire – Ortiz, que nos tenía muy acostumbrados a al menos un regalo por partido y parece que por fin después de tanto tiempo podemos presumir una zaga defensiva a la altura de Pumas, aunque claro, esos fichajes casi no retumban tanto como si se gastaran en otras zonas de la cancha.
02/09/2024
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