Por Jesus Lopez
En Pumas hay pocos jugadores que se ganan el cariño tan rápido como lo hizo un crack argentino en los mejores momentos de su carrera, lamentablemente la directiva lo vendió porque eran años difíciles en el aspecto económico, pudo volver, pero Miguel Mejía Barón dijo que no.
Se trata de Ismael Sosa, recordado por ser uno de los últimos extranjeros que en verdad sudó la camiseta auriazul y estuvo cerca de darnos la octava estrella en aquel Apertura 2015. El atacante la rompió durante su estancia con los del Pedregal, por desgracia también se convirtió en una de tantas ventas para Tigres.
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De acuerdo a diversas fuentes, la UNAM invirtió en la primera mitad de 2016 para pelear por la Copa Libertadores y la liga, pero no se ganó nada, así que los números rojos llevaron al club a vender a su mejor jugador. De acuerdo a Transfermarkt, los regios pagaron 7 millones de dólares.
Por años se rumoró su regreso debido a que en la Sultana del Norte estaba borrado en la banca, luego pasó a Pachuca y todavía la afición lo pedía de regreso. Hace poco tiempo se abrió una ventana para que volviera a ponerse la casaca de Pumas hasta que Mejía Barón se negó.
De acuerdo al periodista César Luis Merlo, Andrés Lillini veía con buenos ojos su llegada, sin embargo, la directiva no lo contempló, a pesar de que Pachuca se habría ofrecido a pagar una parte de su salario. Se cerró la ventana, terminó por irse al Everton de Chile, en tierras andinas ha anotado cuatro goles y repartido tres asistencias.
15/03/2025
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